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Una de Vaqueros…

By on noviembre 8, 2017

Alsonso:
Te dieron un voto de confianza,
no un cheque en blanco…

Cual cortina de humo se desató en medios locales y redes sociales el derecho natural del ciudadano uruapense y moreliano de utilizar el transporte público que más le convenga, guste y se le antoje, provocando un debate ocioso y de mal gusto ya que el que menos, explora el lado sentimental del asunto, 10 mil familias se verían afectadas si los de Ubre comienzan a operar.
Hasta ahora los dirigentes transportistas que han salido a los medios a verter su punto de vista y de sus agremiados han utilizado el espacio y nuestra atención para mostrar su falta de conocimiento de las reglas de operación de Ubre y, sobre todo, el abandono en que han tenido por años al gremio y sus vehículos.

Tampoco nadie ha dicho esta trompeta es mía para señalar que si bien la Ubre ha sido un paliativo para moverse en superficie en las grandes urbes, Morelia y Uruapan distan de ser los núcleos urbanos óptimos para operar este tipo de servicio, amén de los delitos en que han incurrido los operadores de esta empresa en la capital del país y en otros estados.
El catalogo delictivo de los chóferes de lujo en carrito rechinando de limpio va desde la violación hasta el secuestro exprés, pasando por el cobro indebido de penalizaciones y costos extras que dilatan meses en aclarar y, como siempre, la empresa no se hace responsable.

Desgraciadamente la mayoría de los dirigentes transportistas optaron por victimizarse y claman al desgobierno del estado, o sea al silviano, que les resuelva la vida, pues sienten que Ubre les arrebata el pan del hocico y los sume en la miseria más miserable que jamás haya existido.

No explican el por qué su parque vehicular es viejo y está dado al catre, pues se han dedicado a vender concesiones y abandonaron sus organizaciones y ahora que les apedrean el cantón se paran de uñas y hasta con los pelos del asterisco claman que los salven.

Este acicate para los concesionarios de transporte público debería de servir para que mejoren sus unidades y el servicio que prestan, no, no nos hacen el favor de llevarnos y traernos, ellos viven de nosotros y no al revés, entonces los concesionarios de combis y autobuses deberían reflexionar.

Una organización se volcó a la central de autobuses a detener indebidamente unidades del Ubre, para entregarlos a personal de COCOTRA, y entonces, la terrible duda: ¿por qué rejijos del maíz no nos organizamos un fin de semana y atoramos a todos los vehículos de servicio público pirata?

De la comida de la polémica con la que Constantino Ortiz García celebró su cumpleaños se desprendió la réplica, ahora en el feudo del Chon Orihuela, allá en el Oriente michoacano, en donde se volvieron a juntar los comensales y se pusieron de acuerdo para impulsar la trayectoria del empresario moreliano.

Luego descubrimos ese paraíso perdido que los michoacanos, principalmente los priistas, buscan con ansiedad, se trata de una serie de documentos en los que el flamante dirigente priista de Michoacán, Víctor Manuel Silva Tejeda, pretende sorprender al recién nombrado delegado especial del CEN tricolor, el tal Ney González.
El primer tomo que define Chiflalandya es un presunto manual para renovar las dirigencias en los seccionales del PRI, leyendo detenidamente el escrito se llega pronto a la conclusión de que se trata, más bien, de un catálogo de buenas intenciones.

No detalla responsables de renovar su estructura formal ni pormenoriza fechas y metas para llevar a cabo las tareas, por cierto, las imágenes del catálogo de Chiflalandya están disponibles en mi muro de facebook.
Luego, le ofrecen al representante de su comité ejecutivo nacional una lista de cabeceras distritales y municipales del ámbito federal y local, proponiendo nombres para las posibles candidaturas, tampoco se explica cómo se llegó a esos nombres.

Si fueron insaculados, si hubo una encuesta, caso fueron nombrados por los habitantes de las localidades, o simplemente se le calentaron las gónodas a Silva Tejeda y los designó. No queremos pensar que hubo venta o intereses oscurísimos detrás de las proposiciones.

Tremendo desmadre armó para ir a rendir protesta como diputado local el ½ hermano cómodo del silviano, Antoñete del Niño Jesús García Conejo, tomó literalmente el Palacio Legislativo con acarreados, amenazados y lame suelas, para que le aplaudieran y vitorearan.

Gracias a dios no le dio por encuerarse, ya que es desagradable ver que un politiquillo que ha llenado sus talegas de dinero del erario compre su ropa interior en el supermercado, uno cree que estaría dispuesto a gastar siquiera en calzones finos, pero no.

Mientras la diputación local comenzaba la sesión a tirones y empujones con los acarreados del ½ hermano cómodo, pudimos percatarnos que acompañó al Antoñete el ex alcalde y ex gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, a quien abordó la nube de reporteros ni bien había dado tres pasos en el patio del Congreso.

Lo primero que le preguntaron fue sobre el proceso que enfrenta Luis Miranda, quien fuera su secretario de finanzas, luego, le cuestionaron su presencia en el recinto legislativo, a lo que Fausto simplemente respondió: fui invitado y lo cortés no quita lo valiente.

Y es fácil, razonar con un sentido práctico, si el PRI michoacano no integra a la única figura política vigente y activa para vestirse y aprovecharle, justo es que esa figura acuda libremente a donde le plazca mientras no vulnere reglamentos y estatutos partidistas.

Hablando de figuras políticas, resulta que uno de tantos observatorios ciudadanos que pululan en la capital del país, dio a conocer su medición sobre el desempeño y actuación de los senadores de la república y, ¿qué creen? El segundo peor calificado fue nada más y nada menos que el Chon Orihuela.

Huevón, faltista e improductivo, pero eso sí, mame y mame dinero como si fuera una joven promesa legislativa, francamente el Chon no defrauda a nadie, pues podrá ser una fiera pal bissne, pero en temas de trabajo legislativo ni peregrina idea tiene.

No dejen de buscar en facebook el archivo documental de Chiflalandya.

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